En
diciembre de 2006, el Capitán Marvel Anual #1 supuso la presentación del Universo MDC-717 en Action Tales, nuestra página dedicada a la publicación de fan fictions; un universo en el que combinábamos (sin amalgamar) todos los
elementos imaginables de los cómics Marvel y DC. La idea no era demasiado
original, todo hay que decirlo, pero sin duda ofrecía un buen número de
posibilidades a la hora de contar nuevas historias ambientadas en este poblado
rincón del Omniverso (o Multiverso, según de qué lado venga uno).
Tan
sólo unos meses después, el Universo MDC-717 volvió a protagonizar un relato
en el Marvel Fanfare #6, un número autoconclusivo que sin embargo tenía un
final abierto que posteriormente sería el germen de Doom War, una breve saga en dos partes que transcurrió en Los 4 Fantásticos #12 y 13. Y por último, fue Tony Jiménez (bajo el pseudónimo de The Stranger) quien se subió al barco para escribir en colaboración con un servidor la última (hasta ahora) historia ambientada en este particular rincón de nuestra página: el número especial Green Lantern vs. Galactus.
Pues bien, con el sano propósito de fomentar la lectura de estos fan fictions incluyo a continuación la escena que abre el Marvel Fanfare #6 (que como ya digo, es un número básicamente autoconclusivo), la cual pienso que da una buena idea de lo que podéis hallar en estas historias:
Víctor Von Muerte paseaba, como era su costumbre,
observando el amanecer entre las almenas de la torre más alta de su castillo.
En un día tan despejado como aquel, podía ver sin demasiado esfuerzo los
lejanos picos de las montañas que delimitaban la frontera sur del país,
deleitándose con la visión de lo único que quería más que a sí mismo: Latveria.
Gobernar era su destino, y
Latveria su pasión.
Sin embargo, aquel instante de
sosiego con el que gustaba iniciar cada uno de sus días, se vio súbitamente interrumpido
por la aparición de un pequeño objeto que se movía con rapidez entre las nubes
teñidas de rosa por el sol naciente. Un objeto que fue aumentando de tamaño
conforme se aproximaba al castillo de Muerte, hasta resultar molestamente
reconocible por el monarca.
El recién llegado se detuvo
apenas unos metros antes de impactar contra la torre donde se encontraba
Muerte, permaneciendo entonces frente a él, a varias decenas de metros sobre el
terreno rocoso que rodeaba el castillo.
-Hola Víctor –saludó el hombre
de la capa roja sin efusividad.
-No eres bienvenido en esta
tierra, kriptoniano –respondió el monarca de Latveria con tono amenazante. –Y
tú mejor que nadie deberías saber que no está permitida la entrada o salida de
mi país. ¿O es que los mandatos de Naciones Unidas no fueron dictados para
nuestros nuevos dioses?-.
-No he venido aquí para
discutir contigo, Víctor; sino para pedir tu ayuda-.
Muerte quedó en silencio
durante varios segundos, mostrando en sus ojos enrojecidos, casi ocultos por la
máscara de metal, lo que parecía ser un genuino brillo de sorpresa.
-¿Mi ayuda? –se mofó entonces prorrumpiendo en sonoras carcajadas.
-¿Quién necesita mi ayuda? ¿Tú, Bufón de Acero, o la todopoderosa Liga de la
Justicia?-.
-Víctor... –trató de responder
Superman.
-Aún no he terminado,
kriptoniano. ¿Cómo te atreves a venir a MI castillo, a MI país, para pedirme
ayuda, cuando tú y los tuyos sois responsables de este embargo que dura ya tres
años, y que mantiene a mi pueblo al borde de la pobreza? Si no fuera por mi
genio y nuestro espíritu inquebrantable, Latveria se habría convertido hace
tiempo en una tierra devastada y suplicante bajo la rígida bota de tu querida comunidad internacional-.
-¿Y qué esperabas,
Víctor? –intervino al fin el Hombre de Acero, cada vez más irritado por las
orgullosas palabras del monarca. –Invadiste Markovia; ejecutaste a su legítimo
rey; y si no hubiera sido por Los 4 Fant...-.
-Márchate de aquí –concluyó
Muerte con voz acerada mientras le daba la espalda a Superman, dirigiéndose hacia
las escaleras de piedra que bajaban hasta los niveles inferiores del castillo.
-Te necesitamos, Víctor. Tu
ayuda podría suponer el fin del embargo, y la normalización del estatus
latveriano. Se lo debes a tu país-.
-Muerte no le debe nada a
nadie –contestó el monarca volviéndose hacia Superman con una pose aún más
altiva que la que había estado mostrando hasta ese momento. –Latveria y yo
somos uno: mis necesidades son sus necesidades; sus exigencias, las mías-.
El Hombre de Acero permaneció
callado, sosteniendo la mirada de Muerte con la misma determinación que había
mostrado desde su llegada.
-Está bien –continuó el
monarca en tono más distendido, avanzando unos pasos hacia Superman. –Has
logrado suscitar mi curiosidad, kriptoniano: ¿cuál es ese asunto tan importante
que requiere mi asistencia, llegando a ofrecer a cambio una recompensa tan
elevada que hasta hoy mismo no estabais dispuestos a pagar?-.
-La Liga de la Justicia te
necesita para asaltar el Edificio Baxter-.
La historia continúa en Marvel Fanfare #6.
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